Dos pequeñas ermitas, con más valor sentimental que artístico, se mantienen en en interior del casco urbano: la del Pilar y la del Calvario. La primera es una construcción de mampostería y ladrillo, arreglada con cemento, que se encuentra dentro del casco urbano, camino de las bodegas. Tiene un lienzo de San Miguel de 1886, y dos tallas, una de Santa Rosa de Lima, de la segunda mitad del siglo XVI, y otra de San Nicolás de Tolentino, de finales del siglo XVIII. La ermita del Calvario, de finales del siglo XIX; se trata de un pequeño edificio construido con paños de mampostería y encintados de ladrillo. Se sitúa en la parte más alta de un montículo cerca del camping de Almonacid.